A partir de ese día deje de oir los lamentos del fantasma para escuchar los de mi tía. Porque yo sabía que los fantasmas no existían, pero mi tía seguía diciendo que sí. Todas las noches se lamentaba:
-¡Socorro, socorro en mi casa hay fantasmas!
Yo le decía que no había, era que se lo imaginaba. Pero tuve que irme una temporada de su casa, por trabajo.
No duré mucho, porque los vecinos me llamaron diciendo que a mi tía se le había ido la cabeza, que todas las noches no paraba de gritar que había fantasmas.
Cuando regresé a su casa me encontré todo por el suelo y ella lamentándose de que seguía viendo fantasmas. Le dije que se tranquilizara y se fuera a dormir para estar más tranquila. Ella seguía diciendo que cuando abría la puerta del baño se encendía una luz, y cuando la cerraba se apagaba, era porque había fantasmas.
Hasta que una noche se levantó, yo fui detrás, vi que la puerta que habría no era la del baño era la del frigorífico.
F. Jiménez Pérez. (6ºB)
El mejor de la semana. 09/11/11
6 comentarios:
Me ha gustado mucho.
no ha sido uno de los que yo he botado pero me ha gustado muchisimo
este microrrelato me encanto!!
No me a gustado mucho este microrelato,pero es bueno
Es que ahí microrrelatos muy buenos pero a veces ahí unos muy malos y ganan eso no es así.Por eso lo que a pensado el maestro,de elegir a quien el maestro aya votado está muy bien.Haber si el año que viene en el instituto nos den maestros como el.Porque el es muy divertido...
este microrrelato me encanto,porque era muy gracioso.
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